martes, 1 de julio de 2008

recuerdo

El pedacito de amor que le ofreció el viajero lo pulverizó como queso rayado y lo esparció por toda la casa, para que durara… Ya pasaron suficientes años y aún, sólo algunas veces, cuando su marido y los niños no están, vuelve a pasar su lengua por las paredes.

4 comentarios:

Urs Rocambouche dijo...

Muy bueno. Al final sos una romántica compulsiva... está bien porque, como recomendó Mao Tse Alguien, le escapás muy bien a la cursilería, sobre todo en un tema como este, tan trillado desde aquella movie Los Puentes de Madisson Squer Garden.

V a l e n t r i n i t y dijo...

romántica yo? depende del clima

me revienta la meril estrihp
vivan Mao y Lao

La Morsa a la Deriva dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La Morsa a la Deriva dijo...

¿Es una invitación al viaje o me parece a mí?
¡Recorramos el mundo dando amor!Eso sí, en bajas dosis, no sea cosa de andar empalagando(se).